Bacterias que son capaces de colapsar tumores en perros y humanos...
Tomado de: NEWS SCIENCIE MAG
Una inyección llena de nocivas bacterias suena como la última cosa que un paciente con cáncer necesita. Sin embargo, un estudio recientemente publicado que tumores en perros, e inclusive en uno de una paciente humana, reveló que inyectando cierto tipo de bacterias directamente en los tumores provoca que éstos se destruyan, o inclusive desaparezcan. Los resultados refuerzan el hecho de que es posible tratar el cáncer usando bacterias, algo que parecía poco funcional para ensayos clínicos.
La disminución o desaparición de los tumores mediado por infecciones bacterianas había sido descrito desde hace no menos de 200 años. William Coley, un cirujano de la ciudad de Nueva York, fue el primero en probar esta idea. En la década de 1980, Coley inició terapias en pacientes con cáncer para combatir los tumores, inyectándolos con dosis de bacterias vivas del género Steptococcus. Después de que dos de los pacientes murieran por las infección provocada por el tratamiento con bacterias vivas, cambió el método, esta ve administrando bacterias muertas. Así terminó tratando a más de 1000 pacientes con lo esta técnica, que después se conocería como las toxinas de Coley. En algunas ocasiones Coley inyectaba las bacterias directamente en los tumores, en otras lo hacía al torrente sanguíneo, y muchos de sus pacientes sobrevivían en ambos casos. Sin embargo, la aparición de otros tratamientos como la radiación, quimioterapia y cirugía marginaron la estrategia de Coley a los libros de texto. Pero, en 1999, un re-análisis sobre algunos de los casos de Coley confirmó que la tasa de éxito con el tratamiento de Coley era muy similar a las terapias actuales contra el cáncer.
Intentos reciente por reavivar el tratamiento del cáncer con bacterias ha tenido muchos obstáculos. Por ejemplo, un ensayo clínico en el que los pacientes recibieron dosis intravenosas de una cepa débil de Salmonella, demostró que el tratamiento era inocuo, pero no tenía un impacto significativo sobre los tumores. Por más de una década, el genética e investigador en cáncer Bert Vogelstein de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, y sus colaboradores han investigado una bacteria diferente: Clostridium novyi. Esta bacteria anaeróbia, habitante del suelo, resulta ser pariente de la bacteria que provoca el botulismo (Clostridium botulinum). El oxígeno dentro de los tumores es escaso, y estas bacterias "aman las áreas donde hay poco oxígeno", dice Saurabh Saha, un investigador sobre el cáncer en la empresa BioMed Valley Discoveries Inc. en Kansas City, Missouri y además coautor de este estudio que apareció disponible en línea hoy en la revista Science Translational Medicine. "Las bacterias crecen, se dividen y matan a las células cancerosas", dijo Saha. Estos investigadores autores del artículo sugieren que las bacterias liberan enzimas que destruyen a las células que forman el tumor, y después hacen un festín de los sobrantes celulares.
Los investigadores encontraron que inyectando esporas de las bacterias directamente en tumores cerebrales favoreció la sobrevivencia de ratas de laboratorio. Pero los tratamientos experimentales en roedores no suelen tener ser efectivos en personas, así que los investigadores decidieron probar este tratamiento en modelos animales más similares a lo que ocurre en personas. Entonces fue que eligieron trabajar con perros. Al igual que en personas, los perros son animales genéticamente más diversos que lo roedores utilizados en laboratorio. Y como los tumores en humanos, los de los perros brotan de manera espontánea. Esto último contrasta con el hecho que en roedores usualmente se induce la formación de tumores por diferentes tratamientos.
Saha y colaboradores inyectaron esporas de C. novyi directamente en tumores de 16 perros mascota, cuyos dueños ya no tenían más alternativas para tratar a sus mascotas. En 6 de los perros tratados, los tumores colapsaron o desaparecieron, y en otros 5 perros los tumores dejaron de crecer. Muchos de los perros necesitaron de cirugía para limpiar las heridas que dejaron los tumores al desintegrarse.
Animados por los resultados en estudios animales, los investigadores iniciaron un ensayo de seguridad para tratamiento en personas. La primer persona que recibió el tratamiento fue una mujer cuyo tumor abdominal había hecho metástasis a diferentes partes de su cuerpo, incluyendo su hombro derecho. Aunque los científicos inyectaron menos del 1% de la dosis de bacterias que aplicaron en los tratamientos con los perros en la metástasis del hombro de esta mujer, el crecimiento del mismo se vio disminuido. Sin embargo, el tratamiento conllevó un efecto secundario inusual: el tumor se había introducido dentro del hueso húmero, aparentemente dando soporte físico al brazo. La destrucción de las células del tumor conllevó la fractura del hueso, lo que necesitó cirugía para ser reparado. Eventualmente, la paciente murió a causa de los otros tumores como consecuencia de la metástasis.
Los científicos previamente describieron que las bacterias no sólo destruyeron las células del tumor, también estimularon al sistema inmune para atacar al cáncer. Y debido a que la bacteria sólo puede crecer en ausencia de oxígeno -como ocurre dentro del tumor-, el tratamiento es específico. Como mencionó Saha: "El tratamiento discrimina entre células del tumor y células normales". Los científicos planean continuar con los ensayos de seguridad y determinar cuáles tipos de tumores responderán a la terapia con bacterias.
Saha y colaboradores alteraron genéticamente a las bacterias para hacerlas menos dañinas a las personas. Además las bacterias mueren al estar en contacto con oxígeno, lo que limita su capacidad de dispersarse. Sin embargo, algunos de los perros y humanos recibieron antibióticos, y doctores y cuidadores usaron medidas de sanidad estándar, tales como usar trajes protectores y guantes.
Este estudio es trascendente porque es una "prueba de concepto" de que este método en particular posee actividad anti-tumoral en tumores reales y no sólo en tumores inducidos en ratones de laboratorio bajo condiciones controladas, dice Douglas Thamm, un biólogo del cáncer y oncólogo veterinario del Flint Animal Cancer Center de la Universidad Estatal de Colorado en Fort Collins. Los doctores quizá necesiten usar este tratamiento a la par de otras terapias, como la radiación, para barrer de fondo cualquier célula tumoral que haya escapado a las bacterias, dice.
"Es un buen e importante artículo científico", añade el bióloga del cáncer Robert Hoffman de la compañía AntiCancer, una compañía de biotecnología con base en San Diego, California. Él y sus colaboradores han demostrado que una cepa diferente de Salmonella a la usada previamente en ensayos clínicos fue capaz de erradicar varios tipos de tumores en ratones de laboratorio. Sin embargo, aún no han realizado estudios en pacientes humanos, dijo.
Una preocupación acerca del nuevo método es que la mayoría de los pacientes no mueren por causa del tumor original, sino por la metástasis. A Thamm y Hoffman les preocupa que la aplicación directa de C. novyi al tumor no afectará a las metástasis. "Si se pretende que la terapia bacteriana sea efectiva y ampliamente disponible", dice Hoffman, "debe también dirigirse hacia las metástasis".
Autor por correspondencia:
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Saurabh Saha, M.D., Ph.D.
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El artículo lo pueden encontrar en esta liga: Science Translational Medicine
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DRL.